Corta y agitada semana...

Una corta y agitada semana que empezó con los resultados de las primarias de la Concertación, el domingo pasado. Los primeros sorprendidos fueron los organizadores, que no imaginaron nunca un universo de votantes de tal magnitud: 320.000 en un momento en que las encuestas de Adimark, posicionan al ex conglomerado de gobierno, cercano al 17% de aprobación.

Y la segunda sorpresa, se la llevaron los dirigentes DC. Los resultados los favorecen, impensadamente, en toda la línea de la DC. No importa que Carolina Tohá haya ganado. Pudiera ser que el resto de las comunas, en la cuales ganaron los candidatos DC, hacen un mayor peso político que Santiago.

La ex ministra Quintana todavía alega por el acarreo de votantes que habría realizado Pinto, en la primaria en Valparaíso. Recuerdo, de niño, a mi abuelo contando como el “carajo” de Alessandri acarreaba electores para votar en contra de Barros Borgoño. Así que nada nuevo bajo el sol. Y como dijo, días atrás, un filósofo de la nueva manera de gobernar, la política es sin llorar…

Y desde la vereda del frente, la derecha mira este proceso sin entenderlo del todo. Es inimaginable que la directiva de la UDI, un día de estos, acepte realizar una primaria para elegir un candidato a algo. Eso significaría que tendrían que soltar la mano. Tendrían que aceptar que no todas las decisiones las toma la mesa o quien se sienta dueño del partido, y traspasarlas al pueblo, a los electores, a los votantes, a quienes quisieran hacer uso de su opción política. Y este pequeño gran detalle, es un escollo insuperable en la democratización de los partidos de derecha.

Las primarias es un evento donde los partidos llama a todos sus adherentes y partidarios a elegir a los candidatos que mejor los representen, en forma democrática. Pero para esto debe cumplirse una condición básica: los partidos deben ser, en su ADN, democráticos. Por eso la derecha no hace primarias.

El miércoles apareció el resultado de la encuesta Adimark. Piñera baja a 29% de aprobación. Un porcentaje menor a la votación histórica de los partidos de derecha.

¿Indica esto, entonces, que dentro del universo de votantes que se han arrancado de Piñera, existen electores de la derecha dura?. Claramente, ya se le fueron todos los de la Concertación, si es que había alguno que terminara votando por él en la presidencial y, a juzgar por la baja del porcentaje, también lo han abandonado gente de su propio sector. Todavía le quedan dos años, podríamos hacer una polla para apostar sobre el porcentaje final de aprobación, de este gobierno cuando entregue el mando.

La Concertación subió de 17 a 22, o algo así. Vamos remontando, dirán optimistas. ¿Será cosa, sólo, de sentarse a esperar?

¿Los candidatos a concejales y alcaldes de la derecha, estarán dispuestos a aparecer en las fotos de propaganda política, junto a Piñera, así como en el gobierno anterior los candidatos de la Concertación, aparecían junto a la Michelle?. Ya lo veremos.

3 a 2 fue el resultado de la votación a favor de rechazar los recursos presentados contra Hidroaysén. Uno de los tres votos, es de un ministro que reconoce poseer poco más de 100 mil acciones de Endesa y otra eléctrica, valorizadas en algo así como 97 millones de pesos. El ministro se defendió alegando que no era ilegal lo que él hizo. Y debemos tener mucho cuidado en acusarlo de poco ético. Acusar a alguien de poco ético, es reconocerle que tiene algo, aunque sea infinitesimalmente poco, de ética, cosa que no se cumple en este caso. Gran vacío legal…

La Camilita, como la llamó Melero, me recuerda a las compañeras de la JJ.CC. que tenía en la Universidad. Hablan igual. El problema para la revolucionaria más glamorosa del mundo, al decir del New York Times, es que nadie le ha advertido que han pasado 40 años, que el muro de Berlín cayó el 98 y que la familia Castro muy luego dejará de aparecer en los noticiarios y empezará a hacerlo en History Channel o en el National Geographic…