domingo, 16 de julio de 2017

¿Creerles a las encuestas?

Estamos llenos de encuestas sobre los resultados de la elección presidencial, y deberemos soportarlas, in crescendo, hasta noviembre o diciembre, en nuestro país.

Las encuestas tratan de vaticinar resultados, en este caso, políticos. Muchos las usan, casi como dogma, cuando los favorecen, las blanden a su favor como la Espada Cantante o la Tizona, sacan conclusiones y toman decisiones con estas cifras en la mano.

Análogamente, quienes se ven perjudicados les restan valor. Dicen que es sólo una muestra de un momento determinado.

Ni tanto ni tan poco.

El Universo

Las encuestas son instrumentos de medición que tratan de acercarse a lo que sería el resultado final, en un universo dado, de una consulta. Para esto, deben seguir un protocolo que permita a la encuesta, tener cierta dosis de verosimilitud en su resultado.

Deben partir fijando su mercado-meta. A quienes van a consultar. En el caso de una encuesta para averiguar quién podría ser el próximo presidente, debe escogerse una muestra que sea equivalente a la composición social de Chile. En otras palabras, los ABC1, C2, C3, etc., deben ser una proporción equivalente a lo que existe en nuestro país hoy.

Esta estratificación debe darse porque, como es imposible preguntarle a todo el universo, se elige una determinada cantidad de encuestas que sea representativa de la sociedad chilena. Obviamente, mientras mayor sean las coincidencias entre el universo y la muestra, mayor debería ser la probabilidad de acierto. En este caso, deberían coincidir las variables sociales, económicas, profesionales, laborales, habitacionales y todas aquellas que intervengan en el universo. No es una tarea menor, ni mucho menos, sencilla.

En las encuestas que semana a semana, van entregando vaticinios, presentan distintas muestras. Una de ellas, llena el 75 u 80% de los cuestionarios, a la salida de distintas estaciones del metro. Sin duda que la estación Einstein presenta características distintas a la estación Alcántara o Lo Vial y claramente, no mantiene paralelismo alguno con el universo de votantes de nuestro país. ¿No es válida, entonces, esta encuesta? Es válida, pero en la medida que se considere sólo el universo correspondiente a la muestra. Esta encuesta sólo puede vaticinar el universo de personas que salen de las estaciones en que se realizaron las encuestas. En ningún caso vaticinan el comportamiento del electorado.

Otra empresa, realiza algo así como 1.800 encuestas telefónicas, a teléfonos fijos y celulares. ¿Podrá existir una correlación alta y significativa entre el universo de electores y las 1.800 llamadas telefónicas? La respuesta es evidentemente obvia. Sin embargo, los ejecutivos de esta empresa, llaman a conferencia de prensa para dar a conocer los resultados, que la prensa interesada los informa casi como algo irredargüible y que no tiene posibilidad alguna de no ser así.

Otra empresa, decide hacerlas en Santiago y en dos o tres capitales regionales, tratando de acercarse a las características del universo muestral. La respuesta también en obvia. No considera para nada lo que podrían votar los electores de Colchane, Buchupureo, Los Muermos o Caleta Tortel.

El Cuestionario

Luego, corresponde confeccionar el cuestionario. Aquí vendrán las preguntas que, quien confeccionó las preguntas, cree que son las más ajustadas para lograr tener las respuestas más cercanas a la realidad. Este cuestionario es revisado y analizado antes de lanzarlo.

Pero una vez lanzado, las encuestas se llevan a cabo, cara a cara, en la calle o se llama por teléfono y las contesta quien esté al otro lado de la línea.

En el caso del cuestionario, la forma en que está hecha la consulta, también puede determinar algunos resultados. Pueden ser preguntas cerradas o abiertas; donde las alternativas se le leen al encuestado o se confía en su memoria. Por ejemplo, ante la pregunta ¿Quién cree que será el próximo presidente de Chile?, la respuesta puede ser muy diferente si, a continuación de la pregunta, se lee una lista de candidatos o se confía, simplemente, en la memoria del encuestado.

¿Cómo se determina la lista? ¿Cuáles apellidos y en cuál orden se colocan, en el caso de la respuesta cerrada? El orden es una variable no menor.

Incluso, pensando en una respuesta abierta, el cuestionario puede estar hecho de tal manera, que el entrevistado deba mencionar o escuchar un determinado apellido, en preguntas anteriores, logrando así, qué al momento de responder una pregunta abierta, salte a su memoria para indicarlo como alternativa.

Los Dueños

Una de las encuestas pertenece a la CEP. Basta mirar los nombres involucrados entre la presidencia y el directorio del CEP, para que quede meridianamente claro, cual color político podría estar influyendo en esta encuesta.

Lo mismo pasa con ADIMARK. Su propietario fue asesor de Sebastián Piñera, mientras fue presidente de Chile.

Y GFK es dirigida por un ex integrante del “segundo piso” de la Moneda, durante el gobierno de Piñera.

Conclusión


A fin de cuentas, entonces, pura especulación estadística y aprovechamiento político, que puede servir para ocupar algunos minutos de los noticiarios, en hora prime, de la TV, o llenar un express al paso, cualquier mediodía o, por último, alargar unos minutos una buena sobremesa…  

¿Creerles? Ese es otro tema...

martes, 4 de julio de 2017

Después de las primarias

1.417.637 votos fue el total que obtuvo, en su Primaria, Chile Vamos, sumados los tres candidatos.

Se han alzado voces diciendo que la cantidad fue un inesperado triunfo, considerando el partido de fútbol que la selección chilena jugaba en Moscú. De hecho, la cifra alcanzada fue mucho más alta que la obtenida en la primaria Allamand-Longueira. Piñera por sí sólo, obtuvo la misma votación, que el total de votos de aquella jornada.

Chile Vamos tiene, al parecer, todas las condiciones para sacar cuentas alegres, al menos de cara a la prensa y a la opinión pública, respecto al resultado de la elección de noviembre próximo.

Sin embargo, es cosa de rasguñar un poco la pintura y las cosas cambian.

Las últimas tres elecciones que ha enfrentado la coalición de derecha son las siguientes:

Evelyn Matthei, primera vuelta 2013:      1,6 MM de votos.
Concejales octubre 2016:                        1,8 MM de votos.
Primarias 2017:                                       1,4 MM de votos.

Si en las tres elecciones, se han repetido los mismos votantes, sin duda que el millón cuatrocientos mil votos de esta primaria es una buena cantidad, pero el mayor mérito de la cantidad es un arma de doble filo respecto a lo que ha sido el techo electoral de la derecha. Deben crecer 200 mil votos para obtener lo mismo que Matthei en primera vuelta y 400 mil, para igualar la elección de concejales. No se ve muy difícil obtener esos votos, ¿pero, para qué les alcanzaría, en definitiva? ¿Sólo para alcanzar el techo electoral?

Lo realmente valioso para Chile Vamos, sería que quienes votaron en la primaria, no sean los mismos que votaron en las dos elecciones anteriores. De esta manera, existiría un contingente de votantes de derecha, que se reservó para votar sólo en noviembre.

Entonces, este contingente más el 1,4 MM que ya votó en la primaria, permitiría 
sobrepasar el 1,6 MM de Matthei, en primera vuelta y acercarse a los 2,11 MM que obtuvo en segunda. Recién sobrepasando este techo, Chile Vamos empieza a ser un peligro.

Todo esto, en el entendido que todos los votos obtenidos por Ossandón y Kast, se suman a Piñera.

Barajando estas cifras, algún partidario de la candidatura de Guillier, diría que el camino no es tan escabroso. A la coalición de gobierno, le bastaría alcanzar cifras que ya, alguna vez, ha alcanzado: mantener la ventaja que obtuvo en la elección de concejales de octubre pasado o en la segunda vuelta de Bachelet.

El riesgo, es que no hay como medir, hasta ahora, el daño que el Frente Amplio le puede ocasionar a la Nueva Mayoría. Si fuera equivalente al 20,14% que MEO obtuvo en la elección de diciembre de 2009, sin duda que todos los pronósticos fallarían y las cuentas alegres de la Derecha, se justificarían. Pero, concluyendo, el Frente Amplio, debería aumentar el monto de las primarias en 4,3 veces, para alcanzar la misma cifra que obtuvo MEO. ¿Alcanzarán a lograrlo en 5 meses de campaña?

¿Y por dónde podría crecer la Derecha? Después del llamado que Carolina Goic hizo a los votantes de Ossandón y Kast a apoyarla, podrá existir alguna cantidad de esos votos que, despechados, renieguen de la coalición opositora y se vayan a la DC, partido tradicionalmente, de centro-izquierda.

Con este llamado, la senadora deja claro que, por primera vez, desde la vuelta de la democracia, el centro político está realmente ocupado por un partido que no tiene que dar exámenes de conducta para permanecer en esa posición y, de paso, le cierra el camino a Piñera para buscar votos en ese sector. Todo un desafío para Carolina Goic, que pueda mantener este lugar durante los meses de campaña presidencial.

En definitiva, el único camino para crecer, que tiene la derecha, y que depende sólo de su propio esfuerzo, es combatir la abstención de su sector. Crecer en votación, en términos absolutos y no porcentuales.

Curioso, entre Piñera, Guillier y Goic, se repite el esquema del 70…

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