viernes, 24 de noviembre de 2017

Ni blanco, ni negro

Ni Piñera es lo mejor, ni Guillier es lo peor. Digámoslo al revés: Ni Guillier es lo mejor, ni Piñera es lo peor.

Ninguno de los dos, tiene un hada madrina, una varita mágica, descubrió la piedra filosofal o esconde el santo Grial.

A la edad que ambos candidatos tienen, a la fecha, ya han dejado suficiente historia como para conocerlos. Y como dice el Evangelio de San Juan, quien esté libre de pecado, lance la primera piedra.

De manera tal, ninguna candidatura puede afirmar que tiene mejores equipos, o más preparados o está más afiatado, que tiene más experiencia, diversidad o que lo apoya la historia.

Ningún participante en los comandos, tampoco, puede afirmar que la verdad está de su lado, que garantiza el crecimiento o la paz social y que el otro lo hará todo mal.

O decir que con un candidato a Chile le va a pasar tal cosa y con el otro algo mucho peor, es sólo especulación. No existe manera de saberlo o adivinarlo. Y a la hora de los quiubos, cada uno sabe por cual lado se apea del caballo. Nadie puede asegurar pleno empleo, ni que tendrá a todos los estudiantes, en las salas de clases estudiando.

Esto, es ver al mundo en blanco y negro. Separarlo en amigos y enemigos. Creer que, quien no piensa como yo, está equivocado. O actuar como si el Muro de Berlín, no hubiera caído.

Se dice que algunos animales ven en blanco y negro. Parece que algunos humanos también, cuando hablan de política. El problema es que la historia está llena de estos casos y con tristes resultados.

Stalin, Hitler, Franco, Oliveira Salazar, Marcos, Trujillo, los Somoza, los Castro, la dinastía Kim, Stroessner y no olvidemos lo autóctono, todos dividieron el mundo en buenos y malos, blanco y negro, verdad y mentira. Y, por supuesto, yo soy el bueno, el blanco y el poseedor de la verdad. Ni una posibilidad de estar yo, equivocado.

Pero esto se trata de una elección presidencial, en un régimen democrático, en un país donde todos nos conocemos y nadie sobra. ¿Tiene cabida entonces, yo soy bueno y tú eres malo? ¿No existirán, sólo por casualidad, puntos intermedios? ¿No tendrá mi contendor tanta razón, desde el punto de vista de sus planteamientos, como yo lo tengo de los míos?

La soberbia, esa que me indica que la verdad está de mi lado y todo el resto vive equivocado, no resulta ser buena consejera. Crispa los nervios y polariza situaciones.

Tengamos todo esto presente, al momento de votar porque, a fin de cuentas, salga quien salga, Chile no se vendrá abajo, ni desaparecerá del mapa. Además, al día siguiente de la elección, cualquiera sea el triunfador, todos los chilenos deberemos levantarnos y partir a trabajar o a estudiar. No habrá cambiado nada…

martes, 14 de noviembre de 2017

Las alternativas de Carolina

Tres posibles alternativas de Carolina Goic, para los resultados de la primera vuelta.

La primera, Carolina obtiene el tercer lugar, con el mismo 12%, que la DC obtuvo en la elección de concejales de octubre del año pasado.

Este resultado, tendría algunas ventajas:

-          La DC seguiría siendo el partido con mayor respaldo popular de la centroizquierda.

-          Imaginemos, total no cuesta nada, que este porcentaje, le permite mantener su presencia parlamentaria.

-          Este electorado sería una cantidad suficiente y necesaria para que las candidaturas que van a la segunda vuelta, se desvivan y realicen grandes ofertas, para contar con estos votos. La DC tendría así, una vez más, la manija y dar vuelta la historia para el lado que desee o que la coyuntura aconseje.

-          Podríamos reírnos de las encuestas que vaticinaron para el partido y su candidata, un resultado apocalíptico


Una segunda alternativa, sería ver a Carolina, disputando el cuarto, quinto o sexto lugar, voto a voto con la Beatriz, Kast o el MEO.

Sería una situación muy difícil de definir, ver que la Senadora, que pertenece a un partido que tiene la historia, tradición y raigambre de la DC, deba pelear su lugar final en la elección, voto a voto con MEO que ¿tiene? historia, tradición y raigambre.

Lo mismo deberíamos plantear, en la lucha contra Beatriz, considerando que los partidos del Frente Amplio, ninguno superó el 1 o 2%, a nivel nacional, en la elección de concejales. Esperemos entonces que, aquí, el todo no sea más que la suma de las partes.

Como también esperemos que, con un bajo porcentaje en la presidencial, exista un voto cruzado, lo suficientemente alto, que evite una debacle en la representatividad parlamentaria de la Democracia Cristiana, en la primera elección que existe el voto proporcional.

Con un resultado de esta envergadura, puede darse el caso que el porcentaje de votos falangista, no sea necesario para lograr el 50%, a ninguno de los dos candidatos que compiten en segunda vuelta. Y que, en la lucha de los apoyos para la segunda vuelta, la DC no sea considerada.

A fin de cuentas, entonces, con un bajo porcentaje en la presidencial y con una debacle parlamentaria, la única posibilidad que podría dar una luz de esperanza a la sobrevivencia como partido, es que, con una pequeña representación, pueda darle al candidato que gane, una permanente mayoría en el Congreso, tal como ocurre en los gobiernos del Reino Unido o Alemania, con los partidos más pequeños. Claro que aquí, habría que preguntarse, si da lo mismo, para estos efectos, que el ganador sea de derecha o izquierda.



Por último, la tercera alternativa, si Carolina quedara en el séptimo u octavo lugar, podríamos contarles a nuestros nietos o bisnietos, que, alguna vez, existió un partido que fue el más grande, durante la segunda mitad del siglo XX, que tres de sus militantes fueron presidentes de Chile, que formó parte del triunfo en el plebiscito del 88 y que, en definitiva, realizó muchas y muy significativas obras para el progreso de Chile. Otro cuento sería determinar si nuestros nietos o bisnietos, nos creen la historia…

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