domingo, 6 de mayo de 2012

Reforma Tributaria?

Hacer un análisis de la reforma tributaria discutiendo si un trabajador recibirá cinco mil pesos más o cinco mil pesos menos, mensualmente, lo creo irrelevante. Fundamentalmente, por dos razones. La primera es que esta reforma es un proyecto de ley concebido, escrito y presentado al Congreso por un gobierno de derecha. Y la derecha lleva en su ADN la necesidad, mientras son gobierno, de bajar los impuestos. Basta escuchar las declaraciones de Jovino Novoa y la senadora designada, al respecto. Entonces, se propone un aumento del impuesto de primera categoría, que afecta a las empresas, del 17% al 20. Pero, para no traicionar, como dije, su ADN, propone disminuir los impuestos que, mensualmente, son descontados del sueldo de los trabajadores. Así, un trabajador que tiene un sueldo cuya base tributaria es un millón y medio de pesos mensuales, tributó, ahora en el mes de abril, $48.290. Y otro trabajador, con un sueldo reguleque de $3.800.000 tributables, soportó un impuesto de $504.730. El gobierno ha insistido que estas rebajas son para proteger a la clase media. Pero, me pregunto, ¿Cuál de los dos trabajadores corresponde a la “clase media”? Y no veo clara la respuesta, puesto que en el primer caso, dado que el proyecto postula una rebaja de 15%, el ahorro mensual sería de $7.244.- O sea, toda una reforma para proteger a la “clase media”, para que este trabajador, con un sueldo cuya base imponible es de $1.500.000, ahorre al mes $7.244. ¿Quiénes son entonces, los realmente favorecidos, porque a alguien debe favorecer, con esta rebaja? La segunda razón para no extenderse en el tema, es porque creo que la reforma tributaria no alcanza a ser, ni siquiera, una consecuencia del quid del asunto. Recordemos que este tema surgió como una manera de buscar mayor financiamiento a la educación superior. De manera tal que las familias de menores recursos no queden tan endeudadas, cuando uno de sus miembros logra terminar sus estudios superiores. Pero, cuidado, el año pasado vimos una gran protesta de los estudiantes, incluso podría añadir, que hasta donde tengo memoria, no recuerdo un problema social de tal envergadura y duración. Y aún así, el endeudamiento educacional, tampoco es la causa que origina el problema. Es sólo la puntita del iceberg. Lo medular y el problema de fondo, en nuestro país, sigue siendo la inequidad en la que vivimos. Tiempo antes que empezara a surgir el conflicto con la educación, ya la derecha había empezado a hablar que, para terminar con las grandes brechas, era necesario mejorar la educación. Aquí estaba la varita mágica para equilibrar el ingreso de los chilenos. O visto desde un punto de vista menos ingenuo, aquí estaba el chivo expiatorio. Y los puntajes de las pruebas PSU, SIMCE y todas aquellas que se toman en forma horizontal, le daban la razón. Es claro que la educación, por la poca velocidad en que puede influir en un cambio social, le daba a la derecha la inmovilidad que requiere. Los estudiantes, con la Camilita incluida, se prestaron plenamente para este juego. Es dable preguntarse si el gobierno tenía o no real interés en terminar, en algún punto, con el conflicto, puesto que, mientras estemos discutiendo sobre la gratuidad de la educación, se saca el CAE a los bancos, se envia al Congreso una reforma que, al decir de Andrés Velasco en Cooperativa, suma cero y todo, todo lo demás, seguirá igual…

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