domingo, 17 de marzo de 2019

Reintegración tributaria


833 millones de dólares al año, es el costo de reintegrar del 65% al 100%, el crédito que todos los socios o accionistas de las empresas que tributan por el régimen semi integrado, podrán aprovechar para pagar sus impuestos personales.

Este crédito, la reforma de Michelle Bachelet, lo fijó en un 65% del impuesto pagado por la empresa. La reforma del presidente Piñera, plantea devolverlo al 100.

Significa que todos los socios o accionistas de las empresas que tributan bajo el régimen semi integrado, se verán beneficiados, porque, manteniendo las tasas tal como están, el mayor crédito, disminuye la cifra final del global complementario por pagar o aumenta la devolución por parte del fisco.

El reintegro del 100%, es criticado por la oposición. Sostiene que, este aumento del crédito, es el mayor costo de la reforma planteada por el gobierno y que no queda claro, en el proyecto, el financiamiento total de estos cambios, dado que solo favorecerá a un grupo de contribuyentes.

¿Quiénes se ven, realmente, favorecidos con el cambio en el crédito, de 65 a 100%?

De partida, todos los socios y accionistas de las PYMES que tributan con el régimen semi integrado. Podrán disponer de recursos que, supuestamente, hoy deben destinar a pagar impuestos. Para una gran cantidad de accionistas de estas empresas, el cambio en el crédito implicará una menor carga en sus flujos y este alivio, se notará aún más, mientras más pequeña sea la empresa.

Pero también, se verán favorecidos los accionistas de las sociedades anónimas abiertas a la bolsa, las instituciones financieras, de seguros, salud y previsión, sociedades de inversión, mineras, las grandes cadenas del retail, los fondos de inversión y las empresas de capitales extranjeros, entre otras. Incluso, el presidente Piñera, cuando cumpla su período, termine el fideicomiso ciego en sus empresas y vuelva a administrarlas, se verá favorecido, como accionista, con esta reintegración.

Entonces, todos estos contribuyentes, que mencionamos en los dos párrafos anteriores, deben repartirse anualmente, estos 833 millones de dólares.

Algunas consideraciones sobre este reparto.

Esta cifra por repartir, el gobierno plantea financiarla mediante el aumento en la recaudación del IVA, pero el IVA lo pagamos todos. Luego, entonces, todos financiaremos el reparto. Incluso, deberán contribuir las empresas que tributan por renta atribuida.

Por otro lado, el reparto entre los accionistas de las empresas beneficiadas no será prorrateado, ni será por cabeza. Viendo la lista de las empresas cuyos accionistas se verían beneficiados con esta reforma, queda claro quienes se quedarán con la parte ancha del embudo. Y no serán las PYMES.

Si una empresa de capitales foráneos quisiera remesar a su país de origen, $100.000.000, de dividendos distribuidos, con la reforma del presidente Piñera, pagaría $9.450.000 menos de impuesto adicional por la remesa, si lo comparamos con la ley vigente que se aprobó en el gobierno de Bachelet.

La reintegración al 100% es alabada por el ministro de hacienda que, sostiene, estos mayores recursos en manos de los accionistas, traería consigo un aumento de la inversión en nuestro país. Lo más probable, es que las empresas que remesen al extranjero, dividendos, no tengan interés alguno en invertir en nuestro país el mayor flujo obtenido producto del menor impuesto.

En definitiva, en temas tributarios, no hay una última palabra. La ley que se apruebe, a juzgar por las expectativas, será producto de una ardua negociación.

Veremos que saldrá…

viernes, 8 de marzo de 2019

El manejo de la agenda


En los eventos que culminaron con la muerte de Camilo Catrillanca, el gobierno perdió, de tal manera, el manejo de la agenda pública, que las contradicciones en las declaraciones que se hicieron a la prensa, sobre este suceso, trajeron, como corolario, le renuncia del Intendente de la Novena Región y la desvinculación del General Director de Carabineros.  El primo ministro, en esos momentos vicepresidente de la República, quedó al borde del precipicio.

El presidente Piñera se hallaba fuera de Chile y, a su regreso, el gobierno hizo esfuerzos para recuperar la agenda perdida.

Así, a los pocos días, la ministro Cubillos saltó al tapete, anunciando un proyecto de ley que, ella llamó, “admisión justa”. Todos los medios de prensa acogieron la noticia y se llenaron titulares en diarios y noticiarios de televisión, con los contenidos de esta admisión. Surgieron partidarios y detractores, todos opinando, ventajas y desventajas, pro y contras y todo aquello que se dice, cuando anda una cámara de TV cerca. La polémica estaba desatada.

Por ahí, también, surgió el resultado de una comisión asesora nombrada por el presidente, sin capacidad resolutiva alguna, que recomendaba una alternativa para el pago de indemnización por años de servicios, en los finiquitos. Nuevamente la polémica llenó titulares, durante varios días. Opiniones de todo tipo y desde todos los sectores. El tema terminó cuando el ministro del trabajo indicó que el proyecto de ley aún no estaba listo y que no consideraría este aspecto.

Llegó enero, el nuevo año, y con esto, la actitud de Guaidó, autoproclamándose presidente encargado de Venezuela. Piñera, con una velocidad habitualmente no vista en él, lo reconoció, como presidente de la República Bolivariana. Nuevamente se llenan titulares y Chile pasa día tras día, durante febrero, escuchando hablar si era o no correcto que nuestro país lo reconociera, efectivamente, como presidente de su país. A esto, debemos sumar el fracaso de Cúcuta, donde nunca ha quedado del todo claro a que fue Piñera. Sin duda que la prensa chilena le dedicó, a este hecho, mucho más del tiempo que corresponde, dada la poca trascendencia que tuvo.

Incluso, la DC emitió una declaración donde señaló que era una obsesión de Piñera, de traer a colación por el asunto de Venezuela, a cada rato, a Bachelet. Pero el gobierno tiene claro que, cada vez que, desde la presidencia, se le ataca, saltan todos los partidos de la ex Nueva Mayoría defendiéndola. Y esto ocupa más titulares aún.

Llegó marzo y con ello, la vuelta a clases. Reaparece la ministro Cubillos, indicando que modificará su proyecto de admisión justa, en dos, buscando así que su trámite legislativo sea más expedito. Paralelamente, la ministro de energía ha debió salir a la luz pública, para aclarar que el cambio de los nuevos medidores debemos pagarlos todos los consumidores.

¿Qué ha ganado el gobierno con todo este manejo?

Fundamentalmente, distraer la atención.

No se destacó por la prensa, como se hizo el año pasado durante el gobierno de Bachelet, la voracidad de los incendios forestales. El de Aysén estuvo varios días descontrolado. La reacción del gobierno, aunque se trataba de fuego, fue tibia y tardía.

Tampoco se ha hablado con la misma intensidad, como en el gobierno anterior, sobre los atentados, que no cejan, en la Araucanía, región que, además, es patrullada por persona militar, por la declaración de zona de emergencia dado, los incendios forestales.

El IMACEC de enero fue más bajo que lo esperado. El ministro de hacienda señala que será muy difícil alcanzar la meta de 3,8% de crecimiento fijado para este año. Y lo dice en enero, con apenas transcurrido un mes del año. O sea, como será lo que nos espera. Noticia para un titular pequeño o para una página interior. Los titulares de primera página, están ocupados.

El gobierno asumió, con el compromiso de presentar tres reformas a lo hecho por Bachelet: la reforma tributaria, la reforma laboral y la educacional.

A un año de haber asumido, no se ha avanzado un metro, en ninguna de las tres.

La reforma tributaria se presentó al Congreso, pero, el feriado legislativo detuvo su tramitación. Llegó marzo, y el gobierno no ha apurado el tranco, puesto que la oposición ha amenazado con rechazar la idea de legislar.

La reforma laboral, según indicó el Ministro del trabajo, no tiene, aún, fecha de presentación.

Y la reforma educacional debió presentarse ayer al Congreso, pero la Ministro indico que lo hará durante la próximo semana. Es dable pensar que se trata de un proyecto que aún no termina de redactarse. 

La lista puede alargarse con otros conflictos que han sido dejados al pasar o por promesas de campaña que no se han cumplido o por situaciones que vendrán y que hoy no pueden ser vislumbradas. Con toda seguridad, al Presidente Piñera debe molestarle leer titulares, en primera página, sobre estos temas. 

Así, el gobierno insistirá en tapar sus debilidades y desaciertos, manejando la agenda. Sin duda que los encargados de este trabajo, deberán extremar sus esfuerzos.

Veremos hasta dónde nos lleva su imaginación…

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