Estamos llenos de encuestas sobre los resultados de la
elección presidencial, y deberemos soportarlas, in crescendo, hasta noviembre o
diciembre, en nuestro país.
Las encuestas tratan de vaticinar resultados, en este caso,
políticos. Muchos las usan, casi como dogma, cuando los favorecen, las blanden
a su favor como la Espada Cantante o la Tizona, sacan conclusiones y toman
decisiones con estas cifras en la mano.
Análogamente, quienes se ven perjudicados les restan valor.
Dicen que es sólo una muestra de un momento determinado.
Ni tanto ni tan poco.
El
Universo
Las encuestas son instrumentos de medición que tratan de
acercarse a lo que sería el resultado final, en un universo dado, de una
consulta. Para esto, deben seguir un protocolo que permita a la encuesta, tener
cierta dosis de verosimilitud en su resultado.
Deben partir fijando su mercado-meta. A quienes van a
consultar. En el caso de una encuesta para averiguar quién podría ser el
próximo presidente, debe escogerse una muestra que sea equivalente a la
composición social de Chile. En otras palabras, los ABC1, C2, C3, etc., deben
ser una proporción equivalente a lo que existe en nuestro país hoy.
Esta estratificación debe darse porque, como es imposible
preguntarle a todo el universo, se elige una determinada cantidad de encuestas que
sea representativa de la sociedad chilena. Obviamente, mientras mayor sean las
coincidencias entre el universo y la muestra, mayor debería ser la probabilidad
de acierto. En este caso, deberían coincidir las variables sociales,
económicas, profesionales, laborales, habitacionales y todas aquellas que intervengan
en el universo. No es una tarea menor, ni mucho menos,
sencilla.
En las encuestas que semana a semana, van entregando
vaticinios, presentan distintas muestras. Una de ellas, llena el 75 u 80% de
los cuestionarios, a la salida de distintas estaciones del metro. Sin duda que
la estación Einstein presenta características distintas a la estación Alcántara
o Lo Vial y claramente, no mantiene paralelismo alguno con el universo de
votantes de nuestro país. ¿No es válida, entonces, esta encuesta? Es válida,
pero en la medida que se considere sólo el universo correspondiente a la
muestra. Esta encuesta sólo puede vaticinar el universo de personas que salen de
las estaciones en que se realizaron las encuestas. En ningún caso vaticinan el
comportamiento del electorado.
Otra empresa, realiza algo así como 1.800 encuestas
telefónicas, a teléfonos fijos y celulares. ¿Podrá existir una correlación alta
y significativa entre el universo de electores y las 1.800 llamadas
telefónicas? La respuesta es evidentemente obvia. Sin embargo, los ejecutivos
de esta empresa, llaman a conferencia de prensa para dar a conocer los
resultados, que la prensa interesada los informa casi como algo irredargüible y
que no tiene posibilidad alguna de no ser así.
Otra empresa, decide hacerlas en Santiago y en dos o tres
capitales regionales, tratando de acercarse a las características del universo
muestral. La respuesta también en obvia. No considera para nada lo que podrían
votar los electores de Colchane, Buchupureo, Los Muermos o Caleta Tortel.
El
Cuestionario
Luego, corresponde confeccionar el cuestionario. Aquí vendrán
las preguntas que, quien confeccionó las preguntas, cree que son las más
ajustadas para lograr tener las respuestas más cercanas a la realidad. Este
cuestionario es revisado y analizado antes de lanzarlo.
Pero una vez lanzado, las encuestas se llevan a cabo, cara a
cara, en la calle o se llama por teléfono y las contesta quien esté al otro
lado de la línea.
En el caso del cuestionario, la forma en que está hecha la
consulta, también puede determinar algunos resultados. Pueden ser preguntas
cerradas o abiertas; donde las alternativas se le leen al encuestado o se
confía en su memoria. Por ejemplo, ante la pregunta ¿Quién cree que será el
próximo presidente de Chile?, la respuesta puede ser muy diferente si, a
continuación de la pregunta, se lee una lista de candidatos o se confía,
simplemente, en la memoria del encuestado.
¿Cómo se determina la lista? ¿Cuáles apellidos y en cuál orden
se colocan, en el caso de la respuesta cerrada? El orden es una variable no
menor.
Incluso, pensando en una respuesta abierta, el cuestionario
puede estar hecho de tal manera, que el entrevistado deba mencionar o escuchar
un determinado apellido, en preguntas anteriores, logrando así, qué al momento
de responder una pregunta abierta, salte a su memoria para indicarlo como
alternativa.
Los
Dueños
Una de las encuestas pertenece a la CEP. Basta mirar los
nombres involucrados entre la presidencia y el directorio del CEP, para que
quede meridianamente claro, cual color político podría estar influyendo en esta
encuesta.
Lo mismo pasa con ADIMARK. Su propietario fue asesor de Sebastián
Piñera, mientras fue presidente de Chile.
Y GFK es dirigida por un ex integrante del “segundo piso” de
la Moneda, durante el gobierno de Piñera.
Conclusión
A fin de cuentas, entonces, pura especulación estadística y
aprovechamiento político, que puede servir para ocupar algunos minutos de los
noticiarios, en hora prime, de la TV, o llenar un express al paso, cualquier
mediodía o, por último, alargar unos minutos una buena sobremesa…
¿Creerles? Ese es otro tema...