833 millones de dólares al año, es el costo de
reintegrar del 65% al 100%, el crédito que todos los socios o accionistas de
las empresas que tributan por el régimen semi integrado, podrán aprovechar para
pagar sus impuestos personales.
Este crédito, la reforma de Michelle Bachelet, lo
fijó en un 65% del impuesto pagado por la empresa. La reforma del presidente
Piñera, plantea devolverlo al 100.
Significa que todos los socios o accionistas de las
empresas que tributan bajo el régimen semi integrado, se verán beneficiados,
porque, manteniendo las tasas tal como están, el mayor crédito, disminuye la
cifra final del global complementario por pagar o aumenta la devolución por
parte del fisco.
El reintegro del 100%, es criticado por la
oposición. Sostiene que, este aumento del crédito, es el mayor costo de la
reforma planteada por el gobierno y que no queda claro, en el proyecto, el
financiamiento total de estos cambios, dado que solo favorecerá a un grupo de
contribuyentes.
¿Quiénes se ven, realmente, favorecidos con el cambio
en el crédito, de 65 a 100%?
De partida, todos los socios y accionistas de las
PYMES que tributan con el régimen semi integrado. Podrán disponer de recursos
que, supuestamente, hoy deben destinar a pagar impuestos. Para una gran
cantidad de accionistas de estas empresas, el cambio en el crédito implicará
una menor carga en sus flujos y este alivio, se notará aún más, mientras más
pequeña sea la empresa.
Pero también, se verán favorecidos los accionistas
de las sociedades anónimas abiertas a la bolsa, las instituciones financieras,
de seguros, salud y previsión, sociedades de inversión, mineras, las grandes
cadenas del retail, los fondos de inversión y las empresas de capitales
extranjeros, entre otras. Incluso, el presidente Piñera, cuando cumpla su
período, termine el fideicomiso ciego en sus empresas y vuelva a
administrarlas, se verá favorecido, como accionista, con esta reintegración.
Entonces, todos estos contribuyentes, que
mencionamos en los dos párrafos anteriores, deben repartirse anualmente, estos
833 millones de dólares.
Algunas consideraciones sobre este reparto.
Esta cifra por repartir, el gobierno plantea
financiarla mediante el aumento en la recaudación del IVA, pero el IVA lo
pagamos todos. Luego, entonces, todos financiaremos el reparto. Incluso,
deberán contribuir las empresas que tributan por renta atribuida.
Por otro lado, el reparto entre los accionistas de
las empresas beneficiadas no será prorrateado, ni será por cabeza. Viendo la
lista de las empresas cuyos accionistas se verían beneficiados con esta
reforma, queda claro quienes se quedarán con la parte ancha del embudo. Y no
serán las PYMES.
Si una empresa de capitales foráneos quisiera
remesar a su país de origen, $100.000.000, de dividendos distribuidos, con la
reforma del presidente Piñera, pagaría $9.450.000 menos de impuesto adicional
por la remesa, si lo comparamos con la ley vigente que se aprobó en el gobierno
de Bachelet.
La reintegración al 100% es alabada por el ministro
de hacienda que, sostiene, estos mayores recursos en manos de los accionistas,
traería consigo un aumento de la inversión en nuestro país. Lo más probable, es
que las empresas que remesen al extranjero, dividendos, no tengan interés
alguno en invertir en nuestro país el mayor flujo obtenido producto del menor
impuesto.
En definitiva, en temas tributarios, no hay una
última palabra. La ley que se apruebe, a juzgar por las expectativas, será
producto de una ardua negociación.
Veremos que saldrá…