viernes, 22 de junio de 2018

Caminos de la Democracia Cristiana


Asume  como presidente de la Democracia Cristiana, Fuad Chaín. Elegido en votación directa, durante el mes de mayo, donde votaron más de 14 mil militantes. Cifra inédita por la convocatoria, en las elecciones de presidentes de partido, en nuestro país.

Fuad Chaín fue diputado hasta el período anterior. Perdió, por estrecho margen la senaturía en la Novena Región. De posiciones cercanas a quienes se reconocieron como los “colorines”, se echa encima la tarea de presidir un partido que, según algunos analistas, especialmente de derecha, estaría en crisis terminal. Sobre todo, después de la renuncia de Mariana Aylwin, Soledad Alvear y Gutenberg Martínez.

Crisis desmentida no sólo por la cantidad de militantes que votaron, sino, además, porque la DC, según la elección de diputados de diciembre último, fue el partido de oposición al actual gobierno, que mayor respaldo popular obtuvo, expresado en votos. Y quedó como el tercer partido, a nivel nacional. Sólo superado por la UDI y RN.

Aún así, la tarea por delante no se avizora fácil, ni despejada. Son varios los planos que esperan por una dirección clara y sostenida. Tanto dentro del partido como en su relación con el gobierno de derecha y con el resto de los partidos políticos, especialmente, los de oposición.

Internamente, recuperar la armonía interna, paradojalmente dañada por la candidatura de Carolina Goic, aunar posiciones y tratar de enfilar ese esfuerzo en una dirección, en la cual todos se sumen, logrando superar diferencias, limar asperezas y buscar aquellos consensos que tan populares fueron en la DC.

Frente al gobierno, la estrategia no está clara. No se ha decidido cual tipo de oposición tomará el partido. Desde cerrada y obstruccionista, hasta colaboracionista, un continuo muy amplio. El gobierno ha criticado sin piedad a la administración anterior, de la cual formó parte la Democracia Cristiana. Está por verse si el partido aceptará dichas críticas o tomará medidas en contra de esto. También está por verse si la Democracia Cristiana dejará pasar aquellos proyectos de ley con marcados tintes neoliberales, tan propios de la derecha autóctona.

Algo común  con los partidos de oposición, especialmente los que estuvieron en el gobierno de Michelle Bachelet: ninguno ha hecho una autocrítica por la causa que impulsó el triunfo del actual presidente. Esto conlleva a que no hay, aún, objetivos comunes entre la oposición. Tampoco se sabe si los habrá. Para la DC, un camino puede traducirse en un gran pacto que abarque todos los partidos que no están en el gobierno. O puede ser, también, que se llegue a un acuerdo sólo entre quienes conformaron la Concertación, O sea, DC, PS, PPD, PR. O, por último, insista en un camino propio, con su propia soledad.

Veremos cómo se va escribiendo la historia. Y como se va desenvolviendo la DC, con su nuevo presidente. La tarea no es fácil, los caminos no están pavimentados e, incluso, algunos van cuesta arriba…

No hay comentarios:

Bienvenidos

Todas las ideas, opiniones, comentarios sobre los temas aquí tratados son bienvenidos...