Si un partido, una coalición o una agrupación política logra
reunir, en todos los distritos y circunscripciones electorales, el 34% de los
votos, controlará el 50% de los escaños del senado y la cámara de diputados.
Obteniendo el 34% de los votos, el partido, coalición o
agrupación evita que cualquier contendor logre doblarlo en algún escrutinio. Y
al no existir doblajes, los parlamentarios elegibles, se dividen entre las dos
primeras mayorías, uno para cada una.
Esta es la principal característica del sistema binominal,
en curso desde la elección de 1990, la primera desde la vuelta de la
democracia.
Hoy, el gobierno de Michelle Bachelet, presentó ante el
Congreso un proyecto de reforma al sistema electoral, que cambia este sistema
binominal por uno proporcional. Presentó, además, una nueva división electoral
de Chile, cambiando el mapa de distritos y circunscripciones.
Algunos parlamentarios, especialmente de derecha, han
protestado contra este proyecto diciendo que los distritos parecen haber sido
hecho con nombre y apellidos. Es dable que así protesten, dado que el nuevo
mapa, puede indicarle, desde ya, a un parlamentario cual segura o insegura
sería su próxima reelección.
Pero los parlamentarios de derecha olvidan que el actual
sistema electoral fue creado durante la dictadura. No se discutió en ningún
parlamento. Y, sobre haber sido o no hecho a medida, tomemos el distrito de Las
Condes, Vitacura y Lo Barnechea., donde, salvo en el período 90-94, en todos los
demás, la derecha ha doblado.
Se enfrentan, entonces, el sistema binominal y el
proporcional. Ambos, sin duda, tienen debilidades y fortalezas. Pero, como lo
dijimos en el primer párrafo, un sistema que logra el 50% del poder político
con el 34% de los votos, parece demasiado perverso, frente a otro que permita
elegir a los parlamentarios, en forma proporcional a la votación de sus
partidos.
Actualmente, hay partidos en el Congreso, cuya cantidad de
parlamentarios se debe más a ingeniería electoral, que a la proporción de
electores que lo sufragó. O sea, vemos al sistema binominal en todo su
esplendor…
El sistema
proporcional permitiría, que la representación en el congreso, sea proporcional
a la voluntad de la ciudadanía...
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