domingo, 16 de agosto de 2015

La solidaridad no existe



-      El Mamo Contreras, murió en la cárcel, cumpliendo una condena de más de 500 años.

-      El ex Fiscal Torres Silva, hombre fuerte del régimen militar, ha sido condenado a 10 años de prisión efectiva, por el caso Berríos. Ingresó anoche a Punta Peuco.

-      Un sub oficial de Carabineros  ha logrado, en polémica decisión, que la Corte Suprema le otorgue libertad condicional, luego de cumplir parte de su condena por el caso Degollados.

-      El general en retiro Ramírez Rurange, se suicidó al enterarse que debería cumplir 10 años de cárcel.

-      El coronel en retiro Fernando Castañer es acusado de prender fuego a Rodrigo Rojas y Carmen Gloria Quintana.

-      El general en retiro Odlanier Mena, ex director de la CNI,  se suicidó, al enterarse de su traslado de Peñalolén a Punta Peuco.

¿Qué tienen en común estas 6 personas? 

Qué todas, durante la dictadura y en los años posteriores, realizaron un trabajo sucio, muy sucio y que significó la pérdida de vidas humanas.

Y que este trabajo sucio, favoreció a una sola persona, que murió de causas naturales, que en sus funerales, le rindieron honores en el patio de la Escuela Militar, con discursos, con desfiles, que gozó de absoluta libertad, mostró profunda indiferencia por quienes lo acompañaron en su gobierno y total olvido de su frase “si le tocan un cabello a uno de mis hombres, se acaba el estado de derecho”.

Se dice que el objetivo de dar a conocer los atropellos de los derechos humanos, es que las generaciones posteriores tengan cuidado de caer en lo mismo. Ojalá que así sea, que nuestro país no vuelva a sufrir, nunca más, las aberraciones que se cometieron.

Y añadamos que, cuando la dictadura termina, siempre terminan, los que ejecutaron el trabajo sucio, sufren peor suerte que el dictador que dio las órdenes. Esto es una constante. Revisemos la historia de la Savak, la Stasi, los Tontons Macoutes, las purgas dentro de la KGB, las policías secretas de Trujillo, Pérez Jiménez, Batista, Stroesner y podemos seguir con una larga lista. Todos fueron olvidados, cuando al dictador le llegó el momento de arrancar, rendirse, entregar el poder o ser muertos como Trujillo y tuvieron que enfrentar la justicia o la venganza de sus conciudadanos, sin mayor defensa que aquella que ellos mismos podían proporcionarse. Claramente, a todos les fue pésimo.

Entonces, quien obedezca órdenes de reprimir, órdenes de torturar, órdenes de sojuzgar, eliminar o matar, cualquiera sea la justificación, llegada la hora de la verdad, deberá rendir cuentas, teniendo siempre presente que quien ordenó, si llega a mover un dedo, sólo será para tratar de salvarse a sí mismo y punto.

En esta historia, la solidaridad no existe y menos aún, si la esperamos de un dictador…

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