Una lástima
todo el Vía Crucis que está viviendo Chiloé, con la marea roja.
Una isla de una
belleza infinita, tan llena de tradiciones, de costumbres que han aguantado el
paso de los años y el embate de la modernidad, gracias a su característica
insular.
Característica
insular que ahora le juega en contra. La obligada cesantía de pescadores y
mariscadores, bloqueando los caminos como una manera de llamar la atención al
resto de Chile y al gobierno central, pone en jaque toda la economía de la
isla.
Empiezan a
escasear los artículos de primera necesidad y el combustible. Sin considerar,
como ya lo han evidenciado algunos empresarios del rubro, la disminución del
turismo.
O sea, el
equilibrio económico que pudiera existir en la isla, es muy precario…
Llama la
atención que no exista otro rubro que pueda mantener el funcionamiento de todos
los pueblos y ciudades insulares, soportando la disminución de la pesca y el
turismo.
Si la marea
roja se alarga, se alarga y se alarga, la debacle en la isla puede llegar a ser
total. ¿De qué vivirían? ¿Cuáles serían sus fuentes de ingresos? Terminarían dependiendo totalmente del
continente.
En pleno siglo
21, tenemos una región de Chile que vive de industrias, por así decirlo,
incontrolables a los designios de la naturaleza.
La marea roja está golpeando a los chilotes, más fuerte que un terremoto.
La marea roja está golpeando a los chilotes, más fuerte que un terremoto.
Al menos, ante
un movimiento sísmico, todo el país se alinea y solidarizamos con la zona
devastada. Cosa que aquí no ha ocurrido y menos por parte del Gobierno que, pese
a entregar, en efectivo, cuotas de ayuda, pareciera hacer oídos sordos al resto
de las demandas.
En unos años
más, se alzará orgulloso, el puente que unirá la isla con el continente. Chiloé
dejará de ser una isla. Sin duda que se perderán muchas tradiciones
costumbristas que, esperemos, a cambio, que permitirá un desarrollo tal, que la
isla deje ese tinte de mono productor y pueda ampliar sus rubros productivos,
para ponerlo a resguardo de futuras mareas rojas…
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