Los resultados del SIMCE, una vez más, según dicen los
entendidos, han mostrado una disminución de las habilidades de los alumnos que
rindieron la prueba, respecto a la lectura. Agoreras opiniones indican que
dichas habilidades han mostrado una tendencia a la baja, los últimos 5 años y
no se ve por donde puedan repuntar.
Queda la duda, respecto a cuales deben ser las conclusiones
que debe extraerse de este hecho. Tal vez, quienes las vierten desearán que
todos digamos “que espanto, por Dios” y pongamos a los niños, de cabeza a leer
cualquier escrito y en todo momento.
Sin duda que un aumento en las habilidades en la
lectura era dable esperar, mientras reinaba lo que McLuhan llamó, la Galaxia de
Gutemberg. O sea, durante todo el tiempo que imperó el libro impreso como única
fuente de información formal y no había alternativas que mostraran otros
caminos.
Pero, si consideramos que la imprenta de tipos móviles de
Gutemberg, fue inventada en 1440, más de algo ha cambiado desde ese entonces.
El almacenaje de la información ya no está reservada a los
libros. Las grandes enciclopedias, cambiaron su formato impreso por digital. Y
el acceso a los datos más escondidos, es casi instantáneo.
Además, esta información no queda obligada a grabarse en
forma escrita. También puede almacenarse y, por ende, consultarse, en imágenes
estáticas o videos. En la web coexisten una infinidad de bibliotecas virtuales,
de los más variados e increíbles temas.
Es impensable creer que estos cambios no impacten en la
forma de obtener nuevos conocimientos, que desarrollan los educandos de la
segunda década del siglo XXI.
Ya no dependen del libro o del tomo de la enciclopedia
impresa o de la biblioteca del colegio o universidad. Si tienen que rendir una
prueba sobre alguna obra de teatro escrita durante el siglo de oro de la
literatura hispana, pueden bajar el libro desde alguna hoja en internet o
pueden bajar un video con la misma obra actuada con absoluta fidelidad al
escrito. Mejor no preguntar sobre cuál opción elegirán mayoritariamente los actuales
alumnos.
En internet, se puede encontrar un video que explique desde
el cuadrado de binomio hasta la resolución de integrales dobles. Y también
sobre la batalla de las Termópilas, Agincourt o Normandía.
Entonces, cuando las estadísticas muestran esta pérdida en
las habilidades de la lectura, debemos preguntarnos qué queremos al respecto.
Pretender que los actuales estudiantes deben leer Martín
Rivas del autor Alberto Blest Gana, tal como se leía antes que la televisión
llegara a Chile, es irrisorio. En ese tiempo, la velocidad de la información
dependía del tiempo que demoraba el libro en llegar a nuestras manos.
Hoy, el acceso es instantáneo. Lo que no implica que el
aprendizaje sea menor o más superficial o menos profundo. Es solamente
distinto. Hemos cambiado la Galaxia de Gutemberg, por otra galaxia de
comunicaciones digitales e imágenes.
Y no hay vuelta atrás. Si los expertos del SIMCE de
lectura, tienen como objetivo alumnos, rodeados de libros, leyéndolos y
despreciando el computador, el Tablet o el Smartphone, lo más probable que las
cifras, año a año, los depriman más profundamente…
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