sábado, 11 de junio de 2016

La agonía de la lectura

Los resultados del SIMCE, una vez más, según dicen los entendidos, han mostrado una disminución de las habilidades de los alumnos que rindieron la prueba, respecto a la lectura. Agoreras opiniones indican que dichas habilidades han mostrado una tendencia a la baja, los últimos 5 años y no se ve por donde puedan repuntar.

Queda la duda, respecto a cuales deben ser las conclusiones que debe extraerse de este hecho. Tal vez, quienes las vierten desearán que todos digamos “que espanto, por Dios” y pongamos a los niños, de cabeza a leer cualquier escrito y en todo momento.

Sin duda que un aumento en las habilidades en la lectura era dable esperar, mientras reinaba lo que McLuhan llamó, la Galaxia de Gutemberg. O sea, durante todo el tiempo que imperó el libro impreso como única fuente de información formal y no había alternativas que mostraran otros caminos.

Pero, si consideramos que la imprenta de tipos móviles de Gutemberg, fue inventada en 1440, más de algo ha cambiado desde ese entonces.

El almacenaje de la información ya no está reservada a los libros. Las grandes enciclopedias, cambiaron su formato impreso por digital. Y el acceso a los datos más escondidos, es casi instantáneo.

Además, esta información no queda obligada a grabarse en forma escrita. También puede almacenarse y, por ende, consultarse, en imágenes estáticas o videos. En la web coexisten una infinidad de bibliotecas virtuales, de los más variados e increíbles temas.

Es impensable creer que estos cambios no impacten en la forma de obtener nuevos conocimientos, que desarrollan los educandos de la segunda década del siglo XXI.

Ya no dependen del libro o del tomo de la enciclopedia impresa o de la biblioteca del colegio o universidad. Si tienen que rendir una prueba sobre alguna obra de teatro escrita durante el siglo de oro de la literatura hispana, pueden bajar el libro desde alguna hoja en internet o pueden bajar un video con la misma obra actuada con absoluta fidelidad al escrito. Mejor no preguntar sobre cuál opción elegirán mayoritariamente los actuales alumnos.

En internet, se puede encontrar un video que explique desde el cuadrado de binomio hasta la resolución de integrales dobles. Y también sobre la batalla de las Termópilas, Agincourt o Normandía.

Entonces, cuando las estadísticas muestran esta pérdida en las habilidades de la lectura, debemos preguntarnos qué queremos al respecto.

Pretender que los actuales estudiantes deben leer Martín Rivas del autor Alberto Blest Gana, tal como se leía antes que la televisión llegara a Chile, es irrisorio. En ese tiempo, la velocidad de la información dependía del tiempo que demoraba el libro en llegar a nuestras manos.

Hoy, el acceso es instantáneo. Lo que no implica que el aprendizaje sea menor o más superficial o menos profundo. Es solamente distinto. Hemos cambiado la Galaxia de Gutemberg, por otra galaxia de comunicaciones digitales e imágenes.


Y no hay vuelta atrás. Si los expertos del SIMCE de lectura, tienen como objetivo alumnos, rodeados de libros, leyéndolos y despreciando el computador, el Tablet o el Smartphone, lo más probable que las cifras, año a año, los depriman más profundamente…

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