Hemos podido leer en la prensa y
escuchado en la TV, comentarios de algunas mentes preclaras, vaticinando el fin
de la Nueva Mayoría, junto con el término del actual gobierno. Ni siquiera se
plantean la posibilidad de enfrentar la próxima elección presidencial como
coalición.
Es dable preguntarse cómo podría
reordenarse el naipe, si se rompiera la actual coalición de gobierno.
¿Podría irse la Democracia Cristiana?
Siempre es posible. ¿Adónde podría irse? No tiene muchas opciones. Sólo tres.
Una de ellas, es seguir un camino
propio y volver al centro político chileno. Tiene la ventaja que es el lugar
dónde más cómoda se siente la DC, pero lleva a repetir, en la próxima elección
presidencial, casi 50 años después, el mismo esquema de la elección de 1970. Claramente,
este camino no deja muy claro un escenario, en el mediano y largo plazo, que
pudiera ser mejor que el presente.
La otra opción es unirse, en una
nueva e inusitada decisión, con los partidos que conforman la Alianza por
Chile. O sea, por la Derecha. No imagino esta opción, sin un quiebre del
partido.
Resulta muy difícil, imaginar que
todos los militantes de la DC, aceptarían votar por una coalición que los aune
con los mismos personajes que fueron ministros de Pinochet, que avalaron con
sus actos y omisiones, los atropellos a los derechos humanos y las
privatizaciones de todas las empresas públicas. Sin olvidar la participación
que les cupo en la muerte de Eduardo Frei Montalva.
Opción muy difícil de ver
realizada. Tendría un costo político demasiado elevado.
La tercera alternativa, sería crear
un nuevo referente sólo con algunos partidos de la actual Nueva Mayoría, manteniendo
una posición de centro izquierda. ¿Pero,
cuáles? Tal vez, el Socialista, cómo ha sido en las elecciones de Concejales.
Pero aquí, más fácil que pensar con quien pactar, el problema está en decidir
con cuales no pactar.
La prensa de derecha, en su lógico
papel, ha hecho mucha gárgara con eventuales malos entendidos y enfrentamientos
entre el la DC y el PC. Para esta prensa, la posición de los comunistas en la
coalición de gobierno es, sin dudar, de preeminencia en todo lo que se decide
en La Moneda. El PC es el único que toma decisiones y la DC se está transformando
así, en algo menos que una caja de resonancia, donde no la consultan para nada.
Algunos opinantes sedicentes
democratacristianos, han tenido cabida en esta prensa, porque han seguido la
línea de análisis de los conflictos de su partido con el PC y, como dijimos al
comienzo de este escrito, plantean el terminar con la Nueva Mayoría. Termina
creándose así, un clima en que aparece evidente, cual podría ser el quiebre de
la Nueva Mayoría y con quien no debería volver a pactar.
Al final, queda la sensación que
estas decisiones se terminan tomando, más por las influencias de la prensa, que
por motivos políticos o ideológicos. Lo cual hace más difícil tener la claridad
suficiente para tomar nuevas posiciones o buscar nuevos caminos.
La alternativa de reemplazar la
Nueva Mayoría, pactando con los mismos partidos que hoy la forman, al margen de
quiénes y cuántos sean sus compañeros de ruta, permite que la DC mantenga su
posición de Centro Izquierda, posición que ha mantenido desde los días de
octubre de 1988 y que tampoco le incomoda. El backstage de esta alternativa, es que la
derecha mesa sus cabellos tratando de entender esta posición, en un partido
cristiano…
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