En dos semanas más, se realizan
las elecciones de Alcaldes y Concejales. Específicamente, este proceso se distingue por la
cantidad de partidos que se enfrentan y la cantidad de postulantes que se
presentan, desde la vuelta a la democracia.
Pero, tal vez, la característica
más relevante de este proceso eleccionario, es el vaticinio, generalizado, de
la abstención. 4 Años atrás, en la elección precedente, la abstención fue más
de 40%. En la segunda vuelta presidencial del 2014, entre Bachelet y Matthei, no
votó el 58.02% de los inscritos. Con estos antecedentes, los vaticinios, parecen tener algo de fundamento.
Es fácil buscar causas de esta
abstención. La primera de ellas, fue el cambio de voto obligatorio a
voluntario. En este momento, nadie concurre obligado a las urnas. Claramente,
la comodidad, muchas veces, es más fuerte que el compromiso ciudadano.
La propaganda callejera, restringida a partir de la última modificación a la ley con respecto a los aportes privados y anónimos, no logra crear un ambiente pre eleccionario, que llame a no permanecer indiferentes.
La propaganda callejera, restringida a partir de la última modificación a la ley con respecto a los aportes privados y anónimos, no logra crear un ambiente pre eleccionario, que llame a no permanecer indiferentes.
Otra causa, sin duda, obedece al
triste papel que, variados políticos, han representado frente a los aportes que
recibían de la empresa privada. No sólo
fueron grandes sumas, sino que, incluso, es dable pensar que, en más de un
caso, esos dineros no se aprovecharon sólo en campañas políticas. Resulta
chocante, sin lugar a dudas, que un candidato tenga tejado de vidrio, en el
sentido de haber estado involucrado en alguna de estas situaciones o que esté
formalizado por los tribunales de justicia y hoy, aparezca solicitando que
voten por él.
Coincidamos que esta situación
que mancha a la clase política, no los ensucia a todos. Sin lugar a dudas, quienes
no tienen de que avergonzarse, son mucho más numerosos, hacen su trabajo
cotidiano, con toda dedicación y honorabilidad.
También ayudan a la abstención,
aquellos sectores que, claramente, hacen una campaña de desprestigio a toda la
actividad política. No hacen distingo de color, ni de actitudes.
No hacen diferencias,
todo es malo, sucio, chueco u oscuro. Escuchando o leyendo estas críticas, es
inevitable preguntarse si no existe algo más orquestado, detrás. Algo así como
una campaña para que vote la menor cantidad de electores. Parece extraño que
alguien jugara a sentirse favorecido con una mayor abstención, pero tampoco
llaman a concurrir con su sufrago. No podrían hacerlo, sería una tremenda
contradicción, después de ver como denuestan a la actividad política.
Aquí, es preferible especular
sobre una abstención sólo del 20% a una abstención más baja de lo que ya hemos
tenido. Esto, dado que el aumento de los votantes, traería consigo, resultados
que no podemos prever. Claramente, el aumento de votantes involucrará gente
joven, en su mayoría. No puede saberse como lo harán, a quien preferirán, para
cual lado se inclinarán.
Entonces, es dable pensar que,
dado este nivel de votación, las caras, inexorablemente, cambiarán. Aparecerán
nuevos dirigentes, nuevos líderes, más jóvenes, más transparentes, menos
enviciados.
Esta vez a nivel municipal. Solo
Alcaldes y Concejales. Pero, la próxima vez, puede ser para renovar la Cámara
de Diputados y la mitad del Senado. Sobre todo, ahora que la próxima elección
parlamentaria, irá sin binominal, sino con cifra repartidora.
Así que, entonces, el día de la
elección, debemos ir a votar. Tengamos claro que lo importante de nuestro voto,
no es a quien elija, sino que sea emitido. Así estaremos presenciando el
maravilloso espectáculo de la democracia representativa.
1 comentario:
Hola, muy buen artículo. Creo que el análisis es correcto, sin embargo hay factores que pueden tomarse bajo diferentes lecturas. Las elecciones municipales de 2012 fueron ganadas por la Concertación (o nueva mayoría en formación) por 4 a 0, según análisis de Fco Vidal. Esta vez -2016- es un 3 a 1 del Pacto Chile Vamos (ex alianza) por sobre la NM. Ambos pactos mutaron y pasaron 4 años. Esta votación ratifica que las últimas encuestas no estaban erradas al dar solo un apoyo del 15% al Gobierno y aun menos a la NM y a Chile Vamos. El casi 70% de abstención es una votación mayor, principalmente de personas que han castigado el sistema, la política, las malas prácticas y todos los lugares comunes que escuchamos a diario. Se percibe que al actual escenario de pactos ya no responde al pensamiento del país. No hay dos bloques, hay muchos más. Las incomodidades en uno y otro son evidentes y el sector que no se siente representado por ninguno simplemente está afuera, disgregado y atomizado. Chile, queramos o no, tiene tres tercios. Derecha, centro e izquierda. El tema es que mientras la derecha y el centro se mantienen relativamente igual, la izquierda ha crecido en división y también en posturas radicales (no del partido radical, por cierto, sino posturas duras, inflexibles y en algunos casos imposibles). Ante esto, Chile es de centro izquierda. No de izquierda pura como parece ser que leyó la NM. Y acá está el punto de quiebre y de inflexión que debemos trabajar y debemos acordar. Gran desafío. No se si estemos a la altura pero debemos convocar voluntades para hacer el esfuerzo.
Publicar un comentario