domingo, 9 de octubre de 2016

Vaya a votar

En dos semanas más, se realizan las elecciones de Alcaldes y Concejales. Específicamente, este proceso se distingue por la cantidad de partidos que se enfrentan y la cantidad de postulantes que se presentan, desde la vuelta a la democracia.

Pero, tal vez, la característica más relevante de este proceso eleccionario, es el vaticinio, generalizado, de la abstención. 4 Años atrás, en la elección precedente, la abstención fue más de 40%. En la segunda vuelta presidencial del 2014, entre Bachelet y Matthei, no votó el 58.02% de los inscritos. Con estos antecedentes, los vaticinios, parecen tener algo de fundamento.

Es fácil buscar causas de esta abstención. La primera de ellas, fue el cambio de voto obligatorio a voluntario. En este momento, nadie concurre obligado a las urnas. Claramente, la comodidad, muchas veces, es más fuerte que el compromiso ciudadano.

La propaganda callejera, restringida a partir de la última modificación a la ley con respecto a los aportes privados y anónimos, no logra crear un ambiente pre eleccionario, que llame a no permanecer indiferentes.

Otra causa, sin duda, obedece al triste papel que, variados políticos, han representado frente a los aportes que recibían de la empresa privada.  No sólo fueron grandes sumas, sino que, incluso, es dable pensar que, en más de un caso, esos dineros no se aprovecharon sólo en campañas políticas. Resulta chocante, sin lugar a dudas, que un candidato tenga tejado de vidrio, en el sentido de haber estado involucrado en alguna de estas situaciones o que esté formalizado por los tribunales de justicia y hoy, aparezca solicitando que voten por él.

Coincidamos que esta situación que mancha a la clase política, no los ensucia a todos. Sin lugar a dudas, quienes no tienen de que avergonzarse, son mucho más numerosos, hacen su trabajo cotidiano, con toda dedicación y honorabilidad.

También ayudan a la abstención, aquellos sectores que, claramente, hacen una campaña de desprestigio a toda la actividad política. No hacen distingo de color, ni de actitudes. 

No hacen diferencias, todo es malo, sucio, chueco u oscuro. Escuchando o leyendo estas críticas, es inevitable preguntarse si no existe algo más orquestado, detrás. Algo así como una campaña para que vote la menor cantidad de electores. Parece extraño que alguien jugara a sentirse favorecido con una mayor abstención, pero tampoco llaman a concurrir con su sufrago. No podrían hacerlo, sería una tremenda contradicción, después de ver como denuestan a la actividad política.

Aquí, es preferible especular sobre una abstención sólo del 20% a una abstención más baja de lo que ya hemos tenido. Esto, dado que el aumento de los votantes, traería consigo, resultados que no podemos prever. Claramente, el aumento de votantes involucrará gente joven, en su mayoría. No puede saberse como lo harán, a quien preferirán, para cual lado se inclinarán.

Entonces, es dable pensar que, dado este nivel de votación, las caras, inexorablemente, cambiarán. Aparecerán nuevos dirigentes, nuevos líderes, más jóvenes, más transparentes, menos enviciados.

Esta vez a nivel municipal. Solo Alcaldes y Concejales. Pero, la próxima vez, puede ser para renovar la Cámara de Diputados y la mitad del Senado. Sobre todo, ahora que la próxima elección parlamentaria, irá sin binominal, sino con cifra repartidora.

Así que, entonces, el día de la elección, debemos ir a votar. Tengamos claro que lo importante de nuestro voto, no es a quien elija, sino que sea emitido. Así estaremos presenciando el maravilloso espectáculo de la democracia representativa.

Si con todo, no concurre a las urnas, si prefiere quedarse sentado viendo una película en el cable que ir a votar, no tendrá, posteriormente, derecho a reclamar… Porque la oportunidad se le dio y usted la desaprovechó…

1 comentario:

Carlos Correa dijo...

Hola, muy buen artículo. Creo que el análisis es correcto, sin embargo hay factores que pueden tomarse bajo diferentes lecturas. Las elecciones municipales de 2012 fueron ganadas por la Concertación (o nueva mayoría en formación) por 4 a 0, según análisis de Fco Vidal. Esta vez -2016- es un 3 a 1 del Pacto Chile Vamos (ex alianza) por sobre la NM. Ambos pactos mutaron y pasaron 4 años. Esta votación ratifica que las últimas encuestas no estaban erradas al dar solo un apoyo del 15% al Gobierno y aun menos a la NM y a Chile Vamos. El casi 70% de abstención es una votación mayor, principalmente de personas que han castigado el sistema, la política, las malas prácticas y todos los lugares comunes que escuchamos a diario. Se percibe que al actual escenario de pactos ya no responde al pensamiento del país. No hay dos bloques, hay muchos más. Las incomodidades en uno y otro son evidentes y el sector que no se siente representado por ninguno simplemente está afuera, disgregado y atomizado. Chile, queramos o no, tiene tres tercios. Derecha, centro e izquierda. El tema es que mientras la derecha y el centro se mantienen relativamente igual, la izquierda ha crecido en división y también en posturas radicales (no del partido radical, por cierto, sino posturas duras, inflexibles y en algunos casos imposibles). Ante esto, Chile es de centro izquierda. No de izquierda pura como parece ser que leyó la NM. Y acá está el punto de quiebre y de inflexión que debemos trabajar y debemos acordar. Gran desafío. No se si estemos a la altura pero debemos convocar voluntades para hacer el esfuerzo.

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