Una vez más, en su historia, la Democracia Cristiana se
encuentra frente a una decisión que afectará la vida política de este país. Y
para el lado que se incline, el apoyo de su fuerza electoral, puede significar
el triunfo, en las elecciones que vengan a continuación.
Los analistas políticos, entonces, insisten en decirle a la
DC, cual es el camino que debería tomar, cuáles son sus ventajas y como, sin duda,
que triunfará, siguiendo la huella.
Ambos extremos coinciden en esa actitud, pero discrepan en el
contenido. La izquierda, el resto de la Nueva Mayoría, insiste en que ir a primera
vuelta, implica el quiebre y el fin de la coalición de gobierno, que no habrá
lista parlamentaria única y que eso conlleva una debacle en las elecciones de
diputados y senadores, que estrenan la cifra repartidora, para quien vaya solo.
Son avisos, amenazas, deseos frustrados del mundo de la izquierda de la NM que
ve, con cierto temor, el alejamiento DC.
Desde el otro extremo, los analistas pontifican indicando que
ir sola a la primera vuelta, permite a la Falange, fortalecer su identidad,
buscar un camino propio, mantener su actual votación e, incluso, recuperar a
muchos de los que se han ido. Claramente, en estos intentos, los analistas de
derecha tienen claro que, la DC en primera vuelta, significa el quiebre de la
Nueva Mayoría, con lo que aumentan las posibilidades de quien sea su candidato.
Por ende, no se callarán en sus intentos.
A tal punto, que se indicaba por la prensa, que Piñera empezaría
durante la campaña presidencial, un discurso de acercamiento hacia el centro
político, cosa que se guardaba para después de la primera vuelta, como una
manera de atraer a este voto falangista. La derecha tiene claro que la única
fuerza organizada a la cual podrían recurrir, para mejorar su votación en el
balotage, es la DC.
Por eso, entonces, es claro que los comentarios de terceros
ajenos a la militancia democratacristiana, no persigue facilitar las cosas para
el momento de la Junta Nacional, ni persiguen, incondicionalmente, el camino
más adecuado para la Falange. Eso no les interesa. Su interés primordial es
influir en la decisión que deben tomar los 400 y fracción delegados a la Junta.
En definitiva, este sábado se reúne la Junta DC y de ahí saldrá
la decisión final. En este punto, los convocados deberán decidir, por si y ante
si, cual camino tomar. Y la decisión que tomen, será un punto de inflexión, en
la vida política nacional.
Quedarán atrás las amenazas de la izquierda, y los cantos de
sirena de la derecha, que los llaman a defender la civilización cristiano
occidental. El objetivo de quienes respaldan la flecha roja, es seguir su
camino, impertérritos, al igual que Ulises en dirección a Itaca.
Porque, antes de llegar a los resultados, nadie puede predecir
el futuro, ni tiene la varita mágica para hacer realidad todos sus sueños. Y la
política no puede verse en blanco y negro, como se insiste en los extremos.
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