domingo, 8 de octubre de 2017

La propaganda de la candidatura de Sebastián Piñera

La candidatura de Sebastián Piñera ha formado un comando propagandístico que le maneja la agenda; le indica que hacer o que debe decir y no decir, en cada caso; le crea slogan, frases clichés e ideas-fuerza y trata de vender la imagen de un candidato que se ve lejana a lo que es la persona real.

Todos los integrantes de sus comandos o quienes tienen alguna participación en medios de comunicación, se refieren a él, como el “Presidente Piñera”. No hacen mención de su anterior período, sino que tratan de vender, repitiendo incansablemente esta expresión, la idea entre los auditores.

El candidato y sus seguidores, en cada oportunidad que se presenta, hacen mención que este gobierno es mediocre y no hace nada bueno. También, a fuerza de repetir, tratan de introducir esta idea

Idea que va acompañada, a continuación, de lo bien que lo hará cuando sea presidente. No hay términos medios: ustedes, mediocres y equivocados, haciendo las cosas mal; yo teniendo en la mano la mejor solución, la más correcta, producto de mi preclaro análisis.

Con esta política, Sebastián Piñera demuestra su visión en blanco y negro. No existen términos medios. No conoce otra manera de expresarse que antagonizando. Un marxista diría “agudizando contradicciones”. Claramente, divide al mundo entre buenos y malos. No tiene otro discurso, no puede encontrar algo, ni siquiera medianamente, positivo en el gobierno actual porque se le cae su propio discurso.

Por esto mismo, no habla de su anterior mandato. No hace un mea culpa de sus fracasos, por el contrario, todo lo hecho fue muy bueno y superior a otros gobiernos de la Concertación o Nueva Mayoría. Pero es un tema que tiene demasiadas aristas y que, por lo mismo, dentro del comando propagandístico, no es de los favoritos para ser citado. Se vio hace algunos días, cuando Piñera criticó al gobierno por la forma en qué cedió, para terminar la huelga de hambre de los comuneros mapuches, olvidando así que él hizo lo mismo cuando fue presidente.

Al candidato inversionista no lo veremos, un domingo en la mañana, caminando entre los compradores, en una feria libre. Ni caminando en una calle céntrica o tomando el metro. Su comando ha estructurado la campaña de manera tal, que evita las situaciones espontáneas, los encuentros con la gente, donde debe improvisar. De hecho, la piñericosas en esta campaña, han aparecido cuando no tiene el libreto a mano, cuando se le terminó o cuando surgió una situación imprevista. Así que siempre lo veremos en actos donde su comando pueda manejar toda la situación. Donde esté claro lo que debe decir o callar y no salirse, por motivo alguno, del libreto.

El mejor ejemplo de esto fue en la Octava Región, cuando contó un desafortunado chiste. Las redes sociales explotaron tratándolo de machista, dentro de lo más suave. Posteriormente, tuvo que pedir disculpas. Pero a través de twitter, no se atrevió a dar la cara o su comando no lo dejó.

Fue el único candidato que no asistió al foro en el Salón de Honor de la Universidad de Chile. No tendría nada de particular. En todas las campañas, el candidato que encabeza las encuestas, no demuestra interés alguno en sostener debates con el resto. Aquí pasa lo mismo. Sobre todo después del debate previo a las primarias de la derecha. Lo más probable que la frase de Ossandón “no lo declararon reo por lindo”, aún ronde por la cabeza del candidato de derecha. Y lo más probable, también, es que no debe tener ganas de vivir situaciones semejantes, más aún con candidatos que no son de su sector y, eventualmente, más incisivos. Pero, deberá aceptar, al menos, un foro con televisión abierta. No hacerlo, le puede traer costos políticos que podría pagar muy caro. Pero, desde ya podemos vislumbrar, que su comando, tratará que el diseño del foro o de los foros en que participe, sea lo más amarrado posible y no en horarios prime. Ojalá que no hayan espacios para salirse del libreto y, esto como condición, sólo con Guillier, Beatriz y Carolina. En una de esas, incluso, dejarían fuera a Kast, que es de su propio sector.

Pero es ridículo pensar que, a través de estos foros, el candidato podría perder votos
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Cuesta pensar en que debería suceder, a esta altura de la campaña, para que Piñera dejara de encabezar las encuestas de opinión. No se vislumbra por donde. Es claro que si un elector lo tiene como su candidato, no lo escogió por su transparente moral y ética, sino que ya aceptó todas las martingalas que ha hecho desde el Banco de Talca hasta hoy, le aceptó los conflictos de intereses, su actuar algo turbio en más de algún gran negocio, como las acciones de LAN. Un foro más o un foro menos, entonces, no harán cambiar, a nadie de opción, de idea.

Por esto queda claro que, en los foros, los otros candidatos, no sacarán nada en limpio, ventilándole sus negocios o el problema de los derechos humanos o la “familia militar”.

Su presentación en un foro, muestra las dos grandes debilidades del ex presidente. Una ellas, su incapacidad de plantear al país, una imagen de lo que queremos, de adonde podemos llegar, cuales son los caminos  por donde debemos transitar todos, para hacer de Chile un país mejor. Claramente, no se trata de un líder que arrastra masas, que lo sigan fervorosamente.  Por el contrario, su discurso es casuístico, sin gran arquitectura, poco profundo y, tampoco, inclusivo, ya dijimos que mira al mundo en blanco y negro.

La otra debilidad la hemos detallado en estas líneas: no tiene capacidad para improvisar, para hablar fuera de libreto y, menos, bajo presión. Ya lo vimos en el foro de derecha con Kast y Ossandón. Aquí pierde toda la habilidad que ha demostrado en los negocios. Gran razón para evitarlos.

En diversas oportunidades, el ex presidente ha hecho llamados a la clase media. Incluso, en el foro de la derecha, insistió en que su programa protegía a la clase media.  Pero no nos engañemos, el candidato de la UDI y RN, menciona a la clase media, sólo por necesidad comunicacional. Necesita dirigir su discurso hacia alguien y no puede hacerlo a las clases más desposeídas o marginadas, porque nadie le creería y llegaría a provocar risas. Pero, no pensemos que el candidato pertenece a esta clase media o que aquí están sus más fieles partidarios. Claramente, sus verdaderos partidarios, al igual que él, que han hecho llegar al SERVEL millonaros aportes a su campaña, pertenecen a la crema del ABC1. En este punto, la clase media, es un lejano recuerdo. 
 
En algún momento, el candidato debe haberse reunido con los dos partidos de derecha que lo apoyan. 

Deben haberse discutido los términos, los alcances, los objetivos de la campaña, qué decir y qué no decir, los si y los no. A cambio de esto, los partidos deberían aceptar que nadie, sólo él, dirige u opina sobre su campaña. Los partidos aportan militantes, recursos, propaganda, toda su estructura partidista, sus contactos, lugares de reuniones, pero no opiniones o críticas y, menos, abiertamente, por la prensa.

No solo callar. Un par de meses atrás, Piñera fue citado a declarar a la Fiscalía como imputado en el caso EXALMAR. Ese mismo día, su comando propagandístico, junto al primo vocero, dio a conocer a la opinión pública, el fideicomiso ciego que el candidato pensaba firmar, en el caso de salir elegido.

Toda la prensa de derecha, escrita, hablada y TV, puso el fideicomiso en titulares, y la visita a la Fiscalía pasó a segundo plano o a páginas interiores. La UDI, por su parte, que ha sido de una gran inflexibilidad doctrinaria en el caso del divorcio, de la píldora del día después, del matrimonio igualitario y del aborto, miró para otro lado y no le importó tener, como candidato a la Presidencia de la República, a un imputado ante la justicia. Esto fue un tremendo triunfo de los propagandísticos de la candidatura de derecha y este caso, candidato imputado, inédito en el mundo democrático…

Y no es lo único. Se acusó a Piñera de tener empresas en paraísos fiscales, quien no tuvo más remedio que, después de dar muchas explicaciones, reconocerlo. La UDI, nuevamente teniendo presente su inflexibilidad doctrinaria, guardó silencio. No convenía recordar que, en la presidencial anterior, tiró a Golborne a la cola, por la misma causa y designó a Longueira, candidato.

Hace un par de domingos, El Mercurio denunció que el slogan de la campaña, elegida por su comando propagandístico, donde menciona que vendrán tiempos mejores, era una copia textual, de lo escrito 75 años atrás, por Ana Frank, en su escondite, antes que los Nazis la capturaran y la enviaran a Auschwitz.


Toda una analogía…

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