viernes, 18 de diciembre de 2009

La elección

La elección presidencial terminó con 44% para Piñera, 29% para Frei, 20 para MEO y 6 para Arrate.

La Alianza o más bien digamos, la candidatura de Piñera,se le vio celebrando hasta altas horas de la madrugada el resultado de la elección.

¿Qué pudo estar celebrando Piñera? Difícil saberlo. Podemos especular al respecto.

La prudencia aconseja no darse por triunfador aún. La falta un 6% que puede llegar a ser irremontable, no lograrlo el 17 de enero y dar paso al candidato de la Concertación. Difícil, pero nadie, en su sano juicio, se atrevería a negar la posibilidad. Aún cuando es probable que todos los dirigentes de la Alianza apuesten, en privado, al triunfo.

O tal vez, trataba de dar una imagen de triunfador, tal como trató de darla el año 2008, cuando Zalaquett logró mantener en manos de la derecha, la Municipalidad de Santiago. Recordemos que, en aquella elección de concejales, la alianza perdió La Florida, que era uno de sus chiches, y logró mantener Santiago. Sin embargo, por la televisión y en la prensa escrita, al día siguiente, se vio a Piñera, Lavín, Zalaquett y otros próceres celebrando como si hubieran tenido un triunfo de antología. La imagen de triunfo, la derecha la ha perseguido toda la campaña, independiente si tienen o no buenas razones para celebrar.

Por último, pueden celebrar que su estrategia de darle a MEO una tribuna mayor que sus posibilidades reales, dividiría a la Concertación, haciendo muy difícil de superar la distancia en votos que alcanzaría Piñera en relación a Frei. Y aquí si tienen motivos para estar contentos.

Sobretodo que los porcentajes sumados de Frei y MEO resulta 49%. A este 49% se puede deflactar en el porcentaje que se desee, argumentando votos que nunca irían para Frei sino que son de Piñera. Aún así, el resultado al que se llega, representará una cantidad tal de votantes que la Alianza a lo más, según la historia, ha pretendido alcanzar, pero no ha logrado sobrepasar. Prueba de ello es que la Concertación obtuvo 44% en diputados y la Alianza, 43. Pero esto es sólo estadísticas…

A propósito de Enríquez-Ominami. ¿Qué logró, después de su aventura electoral?

Fue una candidatura útil a los propósitos de la Alianza y Piñera. Desde un primer momento, los minutos de cámara y los centímetros de titulares sobrepasaron, con mucho, sus reales posibilidades de éxito. La candidatura de derecha trató, durante toda la campaña, de no tratarlo mal. Los dardos que de la Alianza salían, no llevaban el mismo veneno que los dirigidos a Frei. A tal punto, que se trataba de tender puentes buscando, por parte de la derecha, puntos de contacto, entre dos candidaturas “progresistas” o que planteaban “el cambio”, marcando la diferencia con Frei y Arrate.

Pero, ¿qué cosas en comunes, en la práctica, más allá de la necesidad propagandística, tenían ambas candidaturas? MEO plantea la legalización del aborto, es partidario de la píldora del día después y de las uniones de parejas homosexuales. La Alianza no está de acuerdo con ninguno de estos puntos.

Mayor aún son las diferencias en materias económicas. MEO siempre habló de reforma tributaria, para subir los impuestos y financiar los programas sociales. Incluso, llegó a ofrecer el pago de la “deuda histórica” de los profesores, con este aumento impositivo.

Aumento contradictorio con su mayor cerebro económico, Paul Fontaine, quien, se decía, planteaba todo el programa económico de esta candidatura. En la prensa de hoy, aparece que Piñera lo llamó para participar en su comando, en la segunda vuelta. Queda la duda si el sr. Fontaine de un día para otro se dio cuenta que su lugar estaba junto a una candidatura libremercadista o si, durante toda la campaña, estuvo, sólo, en comisión de servicio al lado de MEO y ahora volvió al redil.

Partidarios de la candidatura de MEO también celebraron hasta altas horas de la madrugada. No queda claro que podrían estar celebrando en casa de otro cerebro de su comando, gran empresario, ex GAP, que hizo toda su fortuna en la sociedad más socialista del mundo…

Los dos diputados que lo apoyaron, tampoco salieron reelegidos. También se perdió su padre…

En la noche de la elección, MEO habló en su comando diciendo que no podía endosar sus votos porque respetaba a cada uno de sus electores. ¿respeto o incapacidad? Sólo está tratando de evitar un riesgo altísimo sobre el cual no tiene control. ¿Qué pasaría si apoya a Frei y este no supera el 29% inicial? O al revés: ¿apoya a Piñera y Piñera pierde la elección?.

Insistió que las candidaturas de Frei y Piñera eran candidaturas del pasado, en cambio la de él era del futuro. Su soberbia o la madurez de sus 36 años, le impedía aceptar que el 80% del electorado votamos por alguna de las candidaturas del pasado…

Tal vez su único logro fue el 20% de los votos. Todo un mérito para una candidatura que, hace un año, no existía. Y quien más se favoreció con este porcentaje fue la candidatura de Piñera.

Sólo daño para la Concertación...

Una versión siglo XXI del Cura de Catapilco…

Frei obtuvo 29% de los sufragios. El peor resultado desde el retorno a la democracia, aún cuando la Concertación sigue conformada por los mismos partidos.

El comando de esta candidatura perdió la pelea comunicacional con el candidatura de Piñera y la prensa de derecha.

La fama de candidato fome, que no sabe hablar, que no se ríe se le vino encima y no pudo sacárselo. El comando no tuvo fuerzas para dar a entender que no se trata de encontrar alguien que nos entretenga, sino de elegir al Presidente de Chile.

Tampoco fue capaz de lograr los espacios en la prensa que tenía MEO. Está claro que los medios de comunicación no ponían algún interés en dárselo. Pero, cuando generó hechos políticos, se ganó el espacio que necesitaba. La mejor muestra de esto, se dio en el primer debate televisivo, cuando Frei enrostró a Piñera el informe de Chile Transparente. Luego de este episodio el candidato de la Alianza estuvo varios días rabiando y dando explicaciones, Frei mantuvo la iniciativa mientras la pelea ocupaba todos los medios de prensa y MEO desaparecía de la acción.

Desgraciadamente, la candidatura de la Concertación no tuvo fuerzas ni iniciativas para lograr más veces este efecto…

La elección de Sebastián Bowen como vocero de la candidatura, buscando gente joven para posicionar la campaña, tampoco dio los resultados esperados.

Durante toda la campaña, los partidos políticos reclamaron que se les tomaba poco en cuenta, en relación a Océanos Azules.

Por último, la candidatura no fue capaz de “pegar” con ninguna idea-fuerza, como la teoría del cambio de Piñera o la candidatura del futuro de Meo. Frei no pudo o no quiso o no supo pararse frente al electorado y hacer un planteamiento claro y profundo respecto al Chile que su candidatura optaba y que quedaba grabado en la gente.

Y hoy tiene por delante una diferencia de 14% por remontar. ¿Será posible?

En diputados, la Concertación obtuvo 44% de los votos. Si Frei llegó a 29, ¿Dónde está el 15% restante?

Arrate aporta 6%, puesto que los candidatos comunistas iban en el mismo pacto que los partidos de gobierno. Se llega al 35%. Falta explicar la diferencia entre este 35 y el 44.

Es dable pensar que los electores de estos 9 puntos, votaron por la Concertación para diputados y por MEO para Presidente. ¿Y ahora, volverán a votar por Frei o serán votos que se irán a Piñera? No hay como saberlo, pero un poco de sentido común indicaría que, si votaron por MEO y un candidato de la Concertación, es difícil que den su voto a la derecha.

Pero queda 11% de los votos de MEO que deben partir hacia algún lado. Sobre este porcentaje se orientan ambas candidaturas para la segunda vuelta.

Piñera necesita lograr que 6 de los 11 puntos. Con esto tendría ganada la presidencia.

Frei para ganar necesitaría mantener su 29%, sumar el 6 de Arrate y el 15 de los votos para diputados que votaron por MEO y el 7 del 11% final del candidato independiente. Demasiados supuestos.

La Concertación vive hoy, su peor momento, incluido el Plebiscito del 88. Si todos los alguna vez votantes de este conglomerado, obedecen a su ADN, podrían volver a ganar…

Piñera está a un paso de la gloria. Si es capaz de darlo, será el próximo presidente de Chile.

Elección de resultado impredecible y no apta para cardíacos…

2 comentarios:

Carlos Correa Acuña dijo...

Excelente análisis. Sólo un complemento con esta carta de hoy al Mercurio que desnuda una verdad y un secreto a voces: http://blogs.elmercurio.com/columnasycartas/2009/12/18/la-disyuntiva-de-marco.asp
Un abrazo y felicitaciones!!!

Carlos Correa Acuña dijo...

He tenido la oportunidad de visitar los sitios web de las dos candidaturas presidenciales, descargar y leer con atención las propuestas contenidas en sus "Programas de Gobierno". Con sorpresa he podido visualizar que las campañas están muy alejadas de estas propuestas, en especial la franja televisiva y más de alguna referencia de prensa entre ambos candidatos.

Que bien le haría a nuestro país centrar la mirada en las propuestas para un futuro gobierno y no en la coyuntura mediática, la pelea chica -o grande, da igual-, la descalificación y la frase cliché.

Tal vez, querido Max, podrías aportar en este sentido, haciendo un análisis comparativo de ambos programas de gobierno, mostrando las similitudes -que no son pocas- y aclarando las diferencias -que tampoco son menores y por cierto decisivas al momento de elegir- y con ello ayudar a una gran parte de los electores a tomar una decisión más informada y por tanto más libre, en la que en verdad se vea el fondo y no sólo la apariencia de esta importante decisión que tomaremos como país el próximo 17 de enero.

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