domingo, 10 de enero de 2010

La última semana

A una semana de la segunda vuelta de la elección presidencial, parafraseemos a Julio César y digamos: Alea jacta est…

No es dable pensar que aún queden electores dudando sobre que hacer con su voto. Y si quedaran, debe ser una cantidad mínima…

Quienes marcaron su voto a favor de Frei o Piñera, volverán a hacerlo. El problema, la duda, es que harán quienes marcaron a MEO como su preferencia.

¿Existirá una gran masa que se traspasará a Frei que le permitirá ganar a última hora, “por nariz”?. ¿O una masa crítica devendrá a la candidatura de la Alianza y permitiendo, en fallo fotográfico, ganar a Piñera?

Difícil saberlo. Recién el martes, se conocerá una encuesta a nivel nacional y realizada por una empresa cuya directora es simpatizante DC.

Otro fuerte sector del electorado, también, puede tener algo que decir: los indecisos, los que votaron en blanco o nulo. En la elección presidencial más reñida desde 1970, pueden sentirse, en segunda vuelta, a tomar una opción sobre algún candidato como “mal menor” o “por el cambio”. Y, en llegada estrecha, no se necesita un porcentaje muy alto de esos votos, para tener alguna ingerencia en el resultado final.

Paradojalmente, el único que votó por MEO y aún no compromete su voto, aún tratando de sacar alguna ventaja en la segunda vuelta, es él mismo. Falta de compromiso que no han mostrado sus partidarios, quienes, con mayor o menor dignidad, han optado por unas de las dos candidaturas en juego. ¿Cuáles son sus opciones? Primero, callar, si es que sabe hacerlo. Corre el riesgo que si la Concertación pierde, se transformará en el Cura de Catapilco del siglo XXI. Segundo, optar por la candidatura de derecha. Para esto, su vuelta de carnero debería ser mayor a la del senador ariqueño o del ex candidato a alcalde por Santiago y terminaría, codo a codo, con los partidarios del gobierno que asesinó a su padre. Tercero, si opta por Frei, debería ser su opción natural, y la Concertación no gana, quedaría demostrado, esta vez fehacientemente, que no tiene manejo alguno sobre sus electores…

¿Cómo entran mañana, ambos candidatos, al debate?

Piñera sabiendo que tiene, aparentemente, la opción más clara de ganar el domingo 17. No puede descuidarse y dejar un flanco expuesto a un ataque frontal de Frei que le pueda hacer tambalear su sitial. Difícil. Más probable es que sus puntos pendientes le jueguen en contra: Primero, los nervios, el error involuntario, el pánico escénico que ya ha mostrado y que le lleven a decir o hacer algo que se le vuelva en contra. Segundo, no se ha desprendido de sus empresas. Sin duda, está esperando el resultado del domingo para hacerlo o no. Pero, ¿no habría sido más ético haberlo hecho antes?

Frei entra, aparentemente, sin nada que perder. Sabe que debe remontar. Sabe que debe recurrir al alma más profunda de todos quienes, alguna vez, votaron por candidatos de la Concertación. Sabe que debe llamar a aquellos partidarios por el cambio que, teniendo en cuenta que la Concertación pudiera no haberlo hecho tan bien, saben que la derecha no es garantía de hacerlo mejor. Y, tal vez debería llamar a Arrate como asesor y que éste le indique como lo hizo en el primer debate televisivo.

Todo lo anterior, especulaciones.

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