Viejito Pascuero,
acuérdate de mí.
Me porto bien en casa
También en el jardín…
Villancico que todos habremos escuchado alguna vez, en
esta época de cualquier año. Incluso, más de alguno, hasta alcanzó a cantarla
en aquel período de su vida…
A mi juicio, representa una parte de la Navidad que,
habitualmente, es pasada por alto.
Definamos que se entiende por “me porto bien”. Sin duda
que ser un niño obediente, dócil y que realiza, sin chistar, todas las
instrucciones que le dan sus adultos, ya sean las profesoras en el jardín, o
los padres en casa.
Este portarse bien es la piedra angular, es el más poderoso
antecedente para que el Viejo Pascuero, recuerde al niño que le canta.
Y si el niño tiene la certeza que se ha portado bien, el
Viejo Pascuero deberá tenerlo, en forma obligatoria, presente y visitarlo en Nochebuena.
Pero también tengamos claro que este portarse bien no es gratuito. Al niño no le bastará con que el Viejo Pascuero se acuerde
de él y le deje, a los pies de su cama o a la bajada de la chimenea, cualquier
cosa, casi como para salir del paso.En absoluto...
Para el niño será inevitable pedirle los
juguetes que desee. Los que ha conversado con sus compañeros, ha visto en la
televisión, en las idas al mall o producto de cualquier otra fuente.
En la mañana de la Navidad, el niño despertará y verá sus
regalos. Existe una alta probabilidad que no coincida con sus expectativas y para lo cual se portó bien, tal como lo dice
la canción. Su ansiedad se vendrá al suelo, aunque tenga otros obsequios sobre
los cuales arrojarse a abrirlos. Al interior de su mente, el problema
empieza a tomar forma.
Si se portó bien, si hizo todo lo que le pedían; si no
hizo rabiar a nadie; fue el alumno modelo; el hijo cooperador; padres y
profesoras, hasta lo felicitaron. Si hasta el Viejo Pascuero se acordó de él,
¿por qué no me trajo lo que le pedí? Me porté bien todo el año, hice todo lo
que me pidieron. ¿Qué más debo hacer, entonces? ¿Portarme aún mejor? ¿Lo
lograré?...
¿Quién responde por esta angustiante frustración?
Los años siguen pasando y en unas pocos más, el niño
tendrá la verdad definitiva del Viejo Pascuero. Pero eso ya no lo libró de las
frustraciones de las Navidades anteriores…
Estamos frente a un villancico, entonces, que chantajea
con que el Viejo Pascuero se acordará del niño, en la medida que cumpla con las
expectativas de los adultos…
Demasiado perverso. Sobre todo considerando que, en
esta fiesta, se celebra el nacimiento de un niño en un pesebre…
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